La gestión del presidente Joe Biden ha evaluado la posibilidad de hacer más rigurosa la primera entrevista para los solicitantes de asilo que llegan a la frontera sur de Estados Unidos y deportar rápidamente a quienes no cumplan con los criterios establecidos.
Después del fracaso en la aprobación de un proyecto de ley sobre fronteras, tres funcionarios gubernamentales han indicado que el plan tiene como objetivo disminuir el número de migrantes que cruzan la frontera suroeste de Estados Unidos.
La nueva política elevaría los estándares que se utilizan en la entrevista de “Miedo creíble”, mediante la cual las autoridades determinan si el solicitante de asilo tiene un caso viable. Además, ordenaría al servicio de inmigración y control de aduanas que priorice la deportación de los migrantes recién llegados que no cumplen con los requisitos para solicitar asilo, como parte de una política de “último en entrar, primero en salir”.
Los funcionarios gubernamentales indicaron que la medida de la administración de Biden se implementaría después del fracaso en el Senado de un proyecto de ley bipartidista que proponía cambios a las leyes de asilo de Estados Unidos y que contaba con el respaldo de la Casa Blanca.
El proyecto de ley, que tardó meses en negociarse, no logró los 60 votos necesarios para pasar a debate a principios de febrero. La propuesta legislativa tampoco contaba con el apoyo de los republicanos en la Cámara de Representantes. La masiva llegada de migrantes a la frontera sur de Estados Unidos se ha convertido nuevamente en uno de los principales temas de elecciones y ha enfrentado a los estados dirigidos por republicanos con el gobierno de Biden.
