El Congreso de Louisiana, controlado por republicanos, aprobó una ley que convierte la inmigración irregular en delito y permite a la policía detener a personas sospechosas de estar indocumentadas.
Esta ley, parte de una ofensiva republicana en varios estados tras la aprobación de una dura ley migratoria en Texas, fue validada por el Senado y la Cámara de Representantes y ahora espera la firma del gobernador Jeff Landry.
El proyecto SB388 sanciona la entrada y reingreso de indocumentados a nivel estatal. Además, otras propuestas como la SB208, que prohíbe las ciudades santuario, y la SB279, que impide a indocumentados obtener licencias de conducir, forman parte de esta ofensiva.
Leticia Casildo, de Familias Unidas en Acción, criticó las medidas, calificándolas de «fascistas» y advirtiendo sobre el temor y las represalias que sufre la comunidad inmigrante. La aprobación de estas leyes refleja una tendencia conservadora en estados gobernados por republicanos como Mississippi, Arkansas y Florida, que buscan criminalizar la inmigración en lugar de solucionar el sistema migratorio roto.